José Mujica

     Mi posición ha sido férrea en lo que considero torpezas de la sociedad  moderna, pasando por la ingeniería y por supuesto por las marcas. He escrito mi desprecio por el formato físico y la mecánica del dispositivo del Disco Compacto y el DVD,  He escrito sobre lo tosco del Software AutoCad para diseño de Ingeniería, los cada vez más engorrosos software de las impresoras HP, incluyendo lo inmanejable de los costos de sus cabezales con tinta. Pero lo que ocupa mi atención hoy es que dentro de ese mundo de experimentaciones se generen distorsiones que nos hagan perder la seriedad en lo que hacemos.

    Si mañana en esta tribuna yo comenzará a escribir sobre las bondades de los minicomponentes y sobre mi incompresión del por que se gaste dinero en sistemas de Audio costosos, cuando todo se puede arreglar con minicomponentes, autorizo a mis respetados lectores a  enviar todos sus insultos al correo especificado al final de esta nota. Durante una tercera parte de mi existencia, la más consciente, me he dedicado a tratar de buscar la excelencia en mis accesorios diarios. Esto abarca desde mi bolígrafo, pasando por mi cartera y los zapatos, hasta detenerse en las herramientas de trabajo. No se trata aquí necesariamente de lo más costoso, lo más poderoso o lo más excéntrico, sino de lo mejor dentro de mis posibilidades.

    Pero es el caso que si por un lado esta muy bien que a pesar de verme obligado por el medio donde me desenvuelvo a emplear un software como el AutoCad para diseño y dibujo en computadora, no pierda mi perspectiva de darme cuenta de lo inocultable que es su terrible eficiencia. Esta muy mal que pretenda hacer un trabajo de mercado convencional con un software como Sketchup y tratar de darle la seriedad de AutoCad ante mis alumnos o clientes. Yo no dudo para nada del futuro del software mencionado, a lo que me refiero es que ciertas capacidades de ingeniería no están desarrolladas hasta el momento.

     Cuando he hablado de la maravilla de ingeniería que se encuentra dentro del software para video de Sony Vegas, me he referido principalmente a su potencial y su concepto de eficiencia. Seguramente un experto de alto nivel del área cinematográfica o televisiva podría enumerarme varias capacidades de aplicaciones como AVID o FinalCut para tratar de darme una lección. Lo que si aseguro es que si Sony llega a darse cuenta del potencial de Vegas y decidiera elevarlo a la categoría más alta manteniendo su eficiencia de ingeniería, no quedaría competidor de pie.

     Se trata entonces de saber diferenciar entre la crítica estricta hacia los males necesarios en la búsqueda de mejorarlos o sustituirlos y la negación de una realidad. Los males necesarios no pueden ser sustituidos por mero capricho y mucho menos por eventos experimentales, aunque tengan un gran potencial. Este punto no ha cambiado en el tiempo, si muy bien podemos encontrar accidentes donde un micrófono económico nos pueda sonar mejor que uno costoso en un instante "t", esto seguirá por el momento siendo un accidente. Recordemos que las variables involucradas en un evento físico en nuestra profesión son complejas y múltiples.